El fraude de la virología
El fraude de la virología

El fraude de la virología

El legado del Dr. en Biología Stefan Lanka.

El Dr. Stefan Lanka es un biólogo que no deja indiferente a nadie. En el año 2016 la Corte superior Regional de Stuttgart, falló a su favor en un jucio en el que el virus del sarampión fue puesto a prueba.

Por Eduardo G. Lucía Mánica y Almudena Zaragoza. Biólogos.            

Hablar del tema de los virus es naturalmente complejo debido a las ideas preestablecidas que tenemos sobre ellos, derivadas del dogma universal que predomina en la ciencia. Es por ello, que en este artículo se plantea una visión diferente a la convencional, tratando de resumir el increíble trabajo que ha realizado el Dr. Stefan Lanka sobre el tema de los virus en el marco de la publicación del curso del fraude de la virología y la sustancia elemental de la vida, disponible en este portal.

Para entender en qué pilares está basada la “virología de las farmacéuticas”, de la que el Dr. Lanka se considera “ex virólogo”, es necesario movernos en el tiempo y entender en qué contexto histórico y de prejuicios, el paradigma “vírico/patógeno” tuvo su génesis.

Actualmente, se entiende como virus un modelo que encaja en base a dos ideas:

  1. Los bacteriófagos o “fagos”, los llamados “virus de bacterias”. Fueron los primeros en descubrirse y son los únicos que están correctamente aislados y caracterizados bioquímicamente, como describimos en detalle en el curso, en el que enseñamos cómo se hace un aislamiento viral paso a paso. Estas biomoléculas se comenzaron a estudiar alrededor del año 1915, en aquel momento, la idea de “virus patógenos” ya existía, pero como una sustancia filtrable o veneno, que se suponía era causa de enfermedad en plantas como la del tabaco o en granjas de vacas. En 1938, con el microscopio electrónico, se logra comenzar a fotografiar a estos bacteriófagos, obteniendo las imágenes clásicas de esa figura geométrica como hexagonal con “patitas”, que ha quedado en nuestra mente grabada para siempre como “agente causante de enfermedades”. Los detalles de esta fascinante historia, que nos permiten descubrir cómo este modelo inicial nos influiría en el futuro, los contamos en el curso.
  2. El virus-gen patógeno: Este concepto es más moderno, acompañando a la fiebre del oro genético, del que las farmacéuticas hacen también su particular agosto. Se trata de un supuesto agente infeccioso que entra en la célula para reproducirse y provocar enfermedad en el hospedador (a lo cuál se ha llamado infección). Su carácter genético le confiere unas propiedades especiales, propiciando que se inserte dentro de los genomas, pudiendo permanecer, según la tesis oficial, en latencia, y siendo capaz de transmitirse entre animales e incluso a diferentes especies incluidos los humanos. Ejemplos que revisamos en profundidad en el curso son el VIH, sarampión, SARS CoV2, etc. Según este modelo, durante el proceso de multiplicación de los virus las células resultan dañadas, y esto es precisamente la manifestación de la enfermedad.3

Antes del evento mundial COVID-19, en el año 2020, era raro enterarse de alguna postura científica que contradijera este modelo y la creencia de que los virus son causantes de enfermedades. Esta es una idea tan arraigada, tanto en el ámbito popular como en el ámbito científico, que es complejo hablar del tema sin tocar fibras sensibles de nuestro ser, ya que campañas profundas de ingeniería social han grabado el contagio en nuestras emociones más profundas. Sin embargo, algunos, después del engaño masivo vivido, han empezado a escuchar voces de colectivos que, tras revisar el legado del Dr. Lanka, han popularizado la idea de que los virus, literalmente, no existen.

En esta serie de ponencias incluidas en el curso, hemos evitado posiciones extremas que entendemos no ayudan a la comprensión más profunda del problema, siguiendo las recomendaciones del propio Lanka.

Pido por favor que todos aquellos que lleguen a descubrir los hechos concernientes a la “no existencia” de los supuestos virus, traten el tema de una manera lo más sistemática, objetiva y desprovista de emociones posible.

Dr. Stefan Lanka.

El “evento COVID-19” trajo consigo muchas consecuencias, entre ellas, una creciente y ahora más evidente división en la ciencia, y las diferentes percepciones que la gente tiene sobre ésta. Esto ha llevado a que se tomen posturas extremistas tanto por la desconfianza generada en la ciencia, como por el desconocimiento de los procesos llevados a cabo por los científicos en el laboratorio, generando así diferentes teorías, hipótesis e ideas sobre el tema de los virus. Lo importante ante tanta confusión y rechazo, es seguir el consejo de Lanka y analizar el tema de forma rigurosa.

Es de vital importancia, en estos momentos históricos que vivimos, que tengamos formación sobre la metología utilizada en virología y prestemos especial atención a las voces críticas.

El hecho de no tener una actitud integradora y objetiva, ha generado una polarización compleja. Por un lado, tenemos el extremo donde los virus son estos “seres” de material genético que entran a las células para replicarse y enfermar a su hospedero; la idea del “virus-gen patógeno” aceptada por la mayoría de la población, capaz de inyectarse cualquier veneno para evitar a estos seres invisibles. Por otro lado, tenemos el otro extremo donde se niega rotundamente todo lo relacionado con la existencia de los virus y, por lo tanto, los efectos atribuidos a ellos.

Ambos casos no dan lugar a otras posibilidades y cierran el camino para el conocimiento y estudio en profundidad de estas biomoléculas. También hay quienes dudan de ambos extremos, principalmente porque estas estructuras moleculares se han observado en ambientes como nuestro estómago o en el vientre materno, donde cumplen funciones fundamentales para la vida, lo que ocasiona que terminen por decantarse a creer que hay virus “buenos” y “malos”, dotando así de cierta “humanidad” a estas biomoléculas, que biológicamente no tienen si quiera, la capacidad de “vivir”.

El modelo de virus tiene tantos matices como percepciones humanas y se ha tergiversado tanto, que incluso en el ambiente académico no se tiene claro este concepto, principalmente porque no se enseña la historia y los eventos que desencadenaron el modelo de “virus patógeno” y el fraude que se comete en la industria de los enemigos víricos. Es por ello, que para entender qué son estas biomoléculas hay que hacer un repaso a su origen, los métodos para estudiarlos y las transformaciones que ha tenido este concepto.

Lanka nos habla con tanta seguridad sobre este tema, porque él mismo ha realizado todo el proceso para aislar y fotografiar virus marinos y precisamente en este camino se da cuenta del fraude. Es un acto de honradez y valentía abandonar su oficio de “virólogo” y contar a sus alumnos y al mundo, que estuvo equivocado. Muy pocas personas harían algo así. Por ello, tiene un enorme valor.

Pero es que además de desmontar el fraude vírico, Lanka propone un nombre para estas estructuras “no venenosas”, una función y un cambio en el paradigma, en el entendimiento de lo que son y lo que hacen estas estructuras supramoleculares, que suponen el reservorio de material genético más abundante del planeta. Dando aliento a un cambio en el retorcido paradigma de virus contagiosos, que tanto necesitamos.

El profundo arraigo de creencias en la comunidad científica nubla las interpretaciones de los expertos, siendo éste el motivo, según Lanka, de que un modelo tan carente de lógica y sentido común en la vida perdure en el tiempo (una estructura molecular diseñada para matar) ¡Absurdo!

Nunca se han visto estructuras biológicas que se supone hacen algo negativo. La base de la vida biológica es la convivencia, la simbiosis y no hay lugar para la guerra y la destrucción. La guerra y la destrucción de la vida biológica es atribución de mentes enfermas y criminales.

Dr. Stefan Lanka.

Sabiendo de dónde proviene la idea de los “virus-veneno”, que sufrió una reinterpretación en 1954 a “virus-gen” el cual está basado en los que se pudieron aislar y caracterizar adecuadamente, podemos comprender mucho mejor el engaño en el que vivimos.

Para poder culpar a estos virus modélicos de las enfermedades, se ha creado toda una escenificación que sólo sale a la luz estudiando la metodología y técnicas de laboratorio.

En este punto, ya se puede observar que la virología comienza a hacer conjeturas sin realmente tener evidencia científica que respalde dichas afirmaciones. Y esta mala praxis tan lucrativa, continúa sin freno ni control actuando sin escrúpulo alguno, llevando a cabo experimentos crueles con animales durante los que – como, por ejemplo, para demostrar la transmisibilidad del sarampión– se inmoviliza y rasura a un mono en una cámara de descompresión y se le introduce supuesto líquido infectado mediante una sonda por la nariz hasta llegar a la tráquea y los pulmones. Los mismos daños en el animal serían causados por el empleo de una solución de sal de cocina, de sangre esterilizada, pus o saliva. Los síntomas provocados, que sólo son “parecidos” a los del sarampión, son equiparados igualmente a los del sarampión.” 1

Ampliamente generalizado, está el uso de tejidos y cultivos celulares en la virología de patógenos, equiparando la culpabilidad del virus en la enfermedad, con la muerte de células en un cultivo de laboratorio ¡Aberrante!

“La idea de que los virus se multiplican en el tejido del cultivo celular produciendo su muerte es una hipótesis que se planteó en una publicación de 1954 cuyo autor principal es John Franklin Enders. Pero debe quedar claro que en la misma publicación se insiste varias veces en el hecho de que la supuesta muerte del tejido debido a la reproducción del virus (o, en otras palabras, la transformación del tejido en virus), es solamente un supuesto que debe ser probado o refutado en el futuro.3

Sin base científica, esta idea se instauró como el pilar de la virología genético-patógena y, debido a ello, Enders ganó el Premio Nobel por un descubrimiento que, en realidad, no era más que una especulación.3

En el mismo artículo de Enders, se menciona que esos efectos citopáticos en las células de cultivo pueden deberse a otros agentes nocivos diferentes, y que para estar seguros de que sean los virus los causantes hay que realizar más experimentos y procedimientos de control, siendo este último, la mayor ausencia de rigor en virología “patógena”. Contamos todo el proceso en este fantástico curso. ¡Muy valioso!

Todas las suposiciones que identifican a los virus como agentes causantes de enfermedades no son correctas y se basan en errores de interpretación fácilmente reconocibles, comprensibles y demostrables.

Dr. Stefan Lanka.

Por si fuera poco, las células de estos cultivos celulares, lejos de imitar un sistema vivo, incurren en prácticas totalmente carentes de ética y moral, ya que tienen procedencias bastante cuestionables y está completamente normalizado, por ejemplo, utilizar células “WI-38” que provienen de fetos humanos, “CHO” que son de ovario de hámster chino, las “Vero” que son de riñón de mono verde africano, u otras como las “HEp-2” o la “Caco-2”, que vienen de tumores cancerígenos de personas. Vale la pena mencionar que detrás de todas estas líneas celulares hay un mercado y todo lo que eso implica. Y que, por supuesto, una placa de Petri con células de monos, jamás podrá ser modelo de un complejísimo ser vivo con todas sus funciones. El reduccionismo del negocio patógeno se lleva al máximo para culpar a los “virus-venenosos” en este modelo, carente de base, de las enfermedades.

Llegados a este punto, el fraude en la virología debería ser evidente para cualquier valiente que se atreva a cuestionar todas sus creencias previas y a asistir al curso que proponemos en este artículo, sabiendo que lo importante no es si los virus existen o no, si tenemos que cambiar las palabras o dejar de utilizarlas, sino comprender las bases del cuestionamiento de un modelo “virus-patógeno-pandémico” que esclaviza a nuestra sociedad y la condena al miedo y el ostracismo.

La moraleja es que los virus, con o sin su nombre, son parte de la vida y no causa de muerte, y una vez cae esta “venda de los ojos”, podemos mirar hacia un nuevo futuro acorde con la ética, la moral, el amor por la vida y la rigurosidad científica.

Se han detectado estructuras que pueden describirse como virus en muchos tipos de bacterias y en formas de vida simples que son similares a las bacterias. Son elementos independientes de la coexistencia de diferentes células en un tipo celular común. A esto se le llama simbiosis, una endosimbiosis, que surgió en el proceso de fusión de diferentes tipos y estructuras celulares, de donde surgió el tipo celular actual que conforma a los humanos, animales y plantas.

Dr. Stefan Lanka.
Bibliografía.
  1. Lanka, S. (2020). Virus: Un error de interpretación. WissenschafftPlus, 01/2020. Recuperado de https://cienciasdelavidaynuevabiologia.com/pdf/parte1.pdf
  2. Lanka, S. (2020). Virus: Un error de interpretación. WissenschafftPlus, 01/2020. Recuperado de https://cienciasdelavidaynuevabiologia.com/pdf/parte2.pdf
  3. Lanka, S. (2020). Virus: Un error de interpretación. WissenschafftPlus, 01/2020. Recuperado de http://wissenschafftplus.de/uploads/article/virus-un-error-de-interpretacion-parte-3.pdf
  4. Almudena, Z. (2025). El fraude de la virología I. El legado del Dr. Estefan Lanka. Recuperado de https://cienciasdelavidaynuevabiologia.com/video/el-fraude-de-la-virologia-i/
  5. Almudena, Z. (2025). El fraude de la virología II. El legado del Dr. Estefan Lanka. Recuperado de https://cienciasdelavidaynuevabiologia.com/video/el-fraude-de-la-virologia-ii/
  6. Almudena, Z. (2025). El fraude de la virología II. El legado del Dr. Estefan Lanka. Recuperado de https://cienciasdelavidaynuevabiologia.com/el-fraude-de-la-virologia/
  7. Beijerinck, M. W. (1898). Concerning a contagium vivum fluidum as cause of the spot disease of tobacco leaves. *Phytopathological Classics, No. 7*. St. Paul, MN: American Phytopathological Society.

9 comentarios

  1. Araceli Estévez Díez

    Tengo la suerte de que mi padre nació en el 1903 y me transmitió otro modo de ver la enfermedad, el fue farmacéutico y yo enfermera y matrona, 43 años de hospital me han convencido de la teoría del terreno y nunca he creído en el contagio. Gracias por la enorme tarea que estáis llevando a cabo, la gente muy lentamente va cambiando de paradigma.

  2. Luis

    Se entiende que la vida es en general una simbiosis pero que también puede derivar en parasitismo, un ejemplo de tantos son los baculovirus que son utilizados como bioplaguicidas en la agricultura. Estás partículas virales se encuentran en la Naturaleza para regular las poblaciones de larvas de la polilla de la papa. Estás partículas de pueden aislar y purificar. Lo que si considero que ha sido un fraude es el COVID.

  3. Gracias por tanta información reveladora. Como artista errante en un mundo aparentemente enfermo, fui adoctrinado en las creencias relativas a la enfermedad como peligro mortal que nos acecha sin otra escapatoria que incorporar productos y drogas químicas, extraídas de plantas y vendidas por grandes corporaciones financieras dueñas de prácticamente toda la economía actual, o sometiéndonos a procedimientos en los que diversos mecánicos nos tratan como vehículos a los que cambiar o reparar piezas solo les corresponde a ellos. Eso no quita que en todo terreno humano haya grandes avances y técnicas que pueden aportar y ayudar para mejorar las condiciones de la salud y la vida. Sin embargo, como artista rebelde y libre, siempre sentí que algo no cuadraba y viendo nacer a mi hija y escuchando sin prejuicios a voces que, teniendo suficiente formación y educación, me mostraron y aprendí que el sistema social y económico humano es un entramado de poder y control cuyo objetivo es la “parasitación” y el abuso institucionalizado al servicio de una pequeña parte de la humanidad mediante el reparto de privilegios mediante la fuerza en todas sus variantes. En este proceso de comprensión de la sociedad, ir alejándome de las aglomeraciones así como del sistema sanitario me ha llevado a ser un jubilado sin medicación asignada, sin vacunación ni análisis, resolviendo los procesos naturales que han ido manifestándose en mi vida como procesos de aprendizaje y comprensión de lo que es vivir, crear, sentir, expresar, amar y experimentar dolor, reí y llorar, y cooperar en un medio natural donde la vida y la muerte son la entrada y la salida de un juego del que apenas comprendemos, como humanidad “altamente avanzada”, una ínfima parte. A partir de esa base, al comprender el mensaje que tan claramente aquí exponéis también, me ha dado recursos y comprensiones que han reforzado mi pequeña visión de que el mundo y la vida no son como me contaron y trataron de inculcarme. Que es mucho mejor, más completa, más equilibrada y sensata, que la propia humanidad aún puede evolucionar cuando se baja de su pedestal de querer ser dioses ficticios para ser divinidades unificadas en un paraíso que está a nuestro alrededor y del que somos parte y creadores, en todos los niveles, físicos, mentales, emocionales, espirituales y transpersonales, para poder experimentar la vida nutriendo y siendo nutridos por la vida misma. Gracias a seres honestos, disciplinados, coherentes y auténticos, el camino de la humanidad aún puede armonizarse y traer esa luz a la cueva de sombras en la que estamos metidos desde la propia percepción de lo que es lo que mueve la vida. Gracias de nuevo por este espacio, por vuestra (de todos los que hacéis que esta información y trabajo llegue a quienes están preparados para recibirlo) inmensa y ardua labor. Un abrazo y mis mejores bendiciones y respeto.

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