La teleología del cáncer
La teleología del cáncer

La teleología del cáncer

Por Almudena Zaragoza. Bióloga.

La palabra teleología es de origen griego y significa “el propósito, fin o ciencia” de las cosas. Cuando uno observa la vida, estudia sus estructuras, su funcionamiento… Descubre que lejos del absurdo azar que nos enseñan (que significa ausencia de conocimiento), en los organismos rige una maravillosa complejidad, un sentido biológico. Cada átomo, cada molécula, cada célula, con sus tejidos y órganos tiene una finalidad. Sin embargo, los biólogos han perdido esta maravillosa visión de los procesos vivos que tenían los naturalistas ilustrados, gracias al sórdido darwinismo que 100 años después de ir perfectamente encaminados al estudio y observación de la ciencia que estudia la vida, destruyó todo sueño de explicar de forma coherente los procesos biológicos.

En este escrito, voy ha hacer un esfuerzo por mirar con “otros ojos” el asunto del cáncer. Soy plenamente consciente de que es un tema doloroso, para mí misma que he tenido tres casos en familiares cercanos y uno de ellos con un final funesto. Pero precisamente porque es un tema que causa mucho sufrimiento por estar profundamente manipulado para sacar un enorme beneficio, usando tratamientos venenosos que atacan a la propia vida, veo muy necesario abordarlo. Así, podremos visualizar hasta qué punto el relato horripilante del azar y la competencia, de la lucha (hasta de nuestras propias células contra nuestro cuerpo), es una aberrante interpretación y no una “verdad” que está a años luz de lo que realmente ocurre en este proceso denominado cáncer.

Cuando leemos o escuchamos cualquier medio de comunicación o artículo sobre el cáncer, lo primero siempre, son las cifras de muertos. Se considera al cáncer una de las principales causas de muerte del mundo. Según la Sociedad Americana de Cáncer, es la primera o segunda causa de muerte antes de los 70 años en 112 de 183 países y ocupa el tercer o cuarto lugar en otros 23 países. Se estima que en 2020 se produjeron en todo el mundo 19,3 millones de nuevos casos de cáncer (18,1 millones excluyendo el cáncer de piel no melanoma) y casi 10 millones de muertes por cáncer (9,9 millones excluyendo el cáncer de piel no melanoma). Se estima que 2,3 millones de casos nuevos (11,7%), seguidos de los cánceres de pulmón (11,4%), colorrectal (10,0%), próstata (7,3%) y estómago (5,6%). El cáncer de pulmón siguió siendo la principal causa de muerte por cáncer, con aproximadamente 1,8 millones de muertes (18%), seguido del cáncer colorrectal (9,4%), de hígado (8,3%), de estómago (7,7%) y de mama en mujeres (6,9%) (1).

Aunque estos datos sean absolutamente aterradores (trato de imaginarme lo que supondrá, sabiendo esto, un diagnóstico de cáncer para una persona), ocultan una sórdida realidad, nunca se evalúan, pese a que se sabe que los tratamientos habituales, radioterapia y quimioterapia, son altamente venenosos para el cuerpo, si el paciente, podría haber muerto por éstos y no por el cáncer. Por lo tanto, siempre tendremos la duda de si el paciente sobrevive por el tratamiento o a pesar de él.

El cuerpo humano es absolutamente maravilloso y debemos plantearnos si el cáncer podría tener alguna razón de ser, para ello vamos a revisar datos objetivos. El cáncer es el proceso biológico mediante el cuál la división celular, que normalmente es ordenada se interrumpe y ciertas células se dividen formando tumores. Si estas células viajan a diferentes partes del cuerpo se denomina metástasis. Pese a que la mayoría de definiciones del cáncer incluyen términos como células anormales, dañadas o invasoras, las células cancerígenas están perfectamente sincronizadas con su entorno. Para empezar son células indiferenciadas o células madre, que son las que tienen la capacidad de formar cualquier otra célula del cuerpo, de hecho durante el desarrollo embrionario construyen un ser vivo desde cero. Además crecen con señales específicas, diferentes a las de otras células, ignoran las instrucciones que normalmente aceptarían el resto de células de nuestro cuerpo, como las que les indican que dejen de dividirse o mueran, ellas van a otra cosa.

Las células cancerígenas son extremadamente resistentes a fármacos (a todos los tóxicos en general), tienen la capacidad de viajar a diferentes partes del cuerpo, de forma coordinada. Envían señales a las células del sistema linfático para que protejan el tumor, sus cromosomas acumulan múltiples cambios como duplicaciones, deleciones, etc. Lo que les da mayor plasticidad a la hora de utilizar su información genética, ya que no tienen un programa fijado como las células diferenciadas. Envían señales al sistema nervioso para establecer una conexión directa entre éste y las células tumorales.

Además, en las células cancerosas se han encontrado factores relacionados con los nervios, que desempeñan un papel importante en el desarrollo y la actividad del sistema nervioso. Gracias a esta comunicación cruzada nervios / tumor, se modula la angiogénesis, construyéndose todo un sistema vascular que lleva nutrientes y recoge los desechos de las células tumorales irrigando el tumor (2). El sistema nervioso, también modula la conexión del tumor con la médula ósea, el sistema linfático y las vías inflamatorias y es una vía propagación de células cancerosas a otras partes del cuerpo ¡Qué complejo para ser un error de nuestro cuerpo!

El glioblastoma, se ha descrito como el cáncer cerebral más mortal, pues resulta que está surgiendo un conjunto de pruebas de que los gliomas se integran sináptica y eléctricamente en los circuitos neuronales. Tan importante es la comunicación del tumor con el sistema nervioso, que se ha estudiado una conexión sináptica especial (neurona – tumor) regulada por una actividad eléctrica y de neurotransmisores específicos que regula la maduración morfológica de las neuronas, incluida la arborización dendrítica. Se postuló que los gliomas podrían integrarse en las redes neuronales mediante la generación de sinapsis auténtica. Además, las células de glioma se conectan entre sí a largas distancias a través de microtubos conectados.

Sinapsis entre una neurona y las células de un tumor cerebral del tipo glioma (3).

Los neurocientíficos tienen una amplia bibliografía de las conexiones entre células tumorales y el cerebro humano. Gracias a estudios publicados en este ámbito sabemos que el estrés, el aislamiento social y otros factores emocionales, pueden aumentar las metástasis a distancia mediante la liberación de hormonas desde el cerebro, el eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal y el sistema nervioso autónomo. La alteración de los ritmos circadianos, también promoverá la metástasis del cáncer a través de acciones directas e indirectas del sistema nervioso. Y en general, las actividades neuronales excitatorias promueven la progresión de tumores cerebrales como el glioma, tanto los gliomas de alto grado pediátricos como los adultos ejercen profundas influencias en la excitabilidad neuronal (4).

Además, las células cancerígenas que forman tumores tienen una organización muy peculiar. Los tumores están rodeados de componentes ambientales complejos, que incluyen vasos sanguíneos y linfáticos, fibroblastos, células endoteliales, células inmunitarias, citocinas, vesículas extracelulares y matriz extracelular. A este complejo conjunto de factores biológicos se le denomina estroma.  Todos los componentes estromales junto con las células tumorales forman el microambiente tumoral.

El microambiente tumoral, muestra profundas diferencias con respecto a los tejidos humanos normales en términos de características fisiológicas a nivel celular y tisular. Los tumores son generalmente muy heterogéneos y complejos en genética. Diversos tipos de células, incluidos fibroblastos, células endoteliales, adipocitos, células inmunes y células neuroendocrinas, tienen funciones especiales. También se identificaron componentes acelulares como la matriz extracelular, las vesículas extracelulares y las citoquinas que rodean estas células. Además existen características físicas y químicas del microambiente únicas en combinación como un pH bajo, hipoxia, presión intersticial alta y fibrosis (5).

También es destacable, que a través del sistema circulatorio, llegan a las células tumorales sustancias con alto valor energético para facilitar el crecimiento celular, como la glucosa, la glutamina y la serina (moléculas que proporcionan alta energía y gran cantidad de nutrientes a las células) y que envía nuestro propio cuerpo al tumor (6). ¿Para qué alimentaría así nuestro cuerpo a unas células que van a matarnos? ¿Quizá cumplan una función y no tengan intenciones asesinas?

Desde luego, no podemos negar que para ser células defectuosas tienen las cosas muy claras. Comprender la extrema complejidad de estas organizaciones celulares llamadas tumores y como éstas se comunican tanto con el cerebro, como con el resto del cuerpo a través del sistema nervioso y el circulatorio, tendría que dar alguna pista de su posible sentido.

Pero para entenderlo, veamos un aspecto importante ¿Qué desata este comportamiento celular?

Obviamente, para saber la posible función de algo en Biología, debemos saber qué lo desencadena. Pese a que siempre nos dicen que el cáncer es genético, hoy en día hay datos más que de sobra, para descartar esa afirmación. Nuestro genes no están defectuosos y provocan que nuestras células nos ataquen, al azar, como nos han contado. Vamos a tratar de analizar la causa desde un punto de vista objetivo y en base a los descubrimientos científicos actuales y para ello, no podemos dejar de hablar de epigenética.

La epigenética investiga los cambios hereditarios en la expresión génica que ocurren sin cambios en la secuencia del ADN. Uno de los procesos epigenéticos que más importancia tiene en las células cancerosas es la metilación, que consiste en adherir grupos metilo a la cadena para silenciar fragmentos del ADN y que éstos no se expresen. En una célula madre indiferenciada como el cáncer, es más fácil porque no tiene impronta, por eso las células cancerígenas son así, para poder encender o apagar en ellas, funciones que normalmente en otras células sería imposible activar o desactivar (todo en Biología tiene sentido) (7).

Una de las características más interesantes en conexión con el cáncer que aporta la epigenética, es que estos cambios en los patrones de expresión genética tienen una causa ambiental (tóxicos, alimentación, hábitos, etc.) (8), por lo que ya tenemos el origen de por qué nuestras células madre forman tumores. Lo hacen en respuesta a sustancias que provienen del terreno y que nos hacen daño.

La enorme cantidad de sustancias consideradas carcinógenos que rodean nuestra vida diaria es absolutamente descomunal. Se considera carcinógeno a un agente físico, químico o biológico potencialmente capaz de producir cáncer al exponerse a tejidos vivos. Se hizo un estudio sobre presencias de los mismos en productos cosméticos (base de maquillaje, bases faciales, correctores, polvos cosméticos – incluidos iluminadores, bronceadores y rubores-, resaltador, se seleccionaron sombras de ojos, lápices cosméticos, productos para teñir labios y máscaras cosméticas), manufacturadas en Polonia, Alemania, Suecia, Reino Unido, Francia e Italia. Y se concluyó que:

Entre 50 cosméticos de maquillaje facial aleatorios, se identificaron las siguientes sustancias como carcinógenos potenciales: parabenos (metilparabeno, propilparabeno, butilparabeno y etilparabeno), compuestos etoxilados (laureth-4, lautreth-7 o polímeros de etilenglicol conocidos como PEG), donantes de formaldehído. (imidazolidinil urea, quaternium 15 y DMDM ​​hidantoína), y etanolamina, y sus derivados (trietanolamina y diazolidinil urea), así como carbono y sílice. Los compuestos más comunes con potencial efecto cancerígeno en los cosméticos analizados fueron los parabenos (28 de 50 cosméticos analizados contenían ese ingrediente), sílice y compuestos etoxilados. La exposición a posibles carcinógenos durante un largo período de uso puede ser una preocupación importante para los cosméticos (9).

Fuente: International Journal of Environment Research and Public Health, 2023.

Imaginemos si también revisamos los productos de higiene personal, higiene del hogar, los productos de alimentación, los agroquímicos y sustancias industriales. Compuestos como las etanolaminas, formaldehidos, parabenos, butilos, metales pesados (cadmio, arsénico, mercurio, plomo, talio, etc.) y disruptores endocrinos análogos a hormonas, causan graves daños y desatan procesos cancerígenos en nuestro cuerpo. Estos tóxicos están por todas partes. Llegan a nuestro cuerpo de forma inconsciente, causando un envenenamiento prolongado y se acumulan en los tejidos (8).

Si sabemos que los tóxicos pueden desatar la formación de tumores en nuestro cuerpo, ¿no serán éstos un mecanismo de desintoxicación? No tiene sentido pensar que nuestras células van a organizarse en algo tan complejo como un tumor “maligno“, en respuesta a algo que nos hace daño. Sería como si pensasen: Ya que está contaminado, vamos a rematarlo. ¡Absurdo!

De hecho, hay varias pistas que merece la pena incluir en esta argumentación, resulta que la neurocientífica Michelle Monje, lleva años viendo un patrón sorprendente en algunos de sus pacientes con glioblastoma, el tipo de cáncer cerebral que se considera más letal. Una vez extirpado el tumor primario, el cáncer vuelve a aparecer pasado un tiempo; pero no lo hace en cualquier parte del cerebro, sino en el área que más usaban los pacientes por su trabajo. En el caso de una bailarina clásica, reapareció en la zona del cerebelo que controla el equilibrio. En un escritor, volvió a crecer varias veces en el área de la corteza cerebral donde reside el lenguaje… (10)

La explicación oficial es que el cáncer “secuestra nuestro sistema nervioso”, y ¿no será que se comunica con él para colaborar en un proceso beneficioso? Son formas de interpretarlo. La interpretación lo es todo para el oficialismo, sin una explicación bélica no sabe vivir. Sin embargo, el hecho de que se extirpe un tumor y vuelva a aparecer, es un indicativo fiel de que el cuerpo necesita esa estructura para solucionar una situación y que lo haga en lugares específicos, indica que tiene una función.

Pero entonces, si los tumores ayudasen al organismo en una situación de toxicidad o desequilibro, deberían desaparecer si remiten las causas. ¡Efectivamente! Todos los años se reportan casos de “desaparición” de tumores, algo inexplicable para la medicina alopática, se denominan remisión espontánea. Es muy poco común, porque normalmente se extirpan los tumores y se envenena el cuerpo con quimioterapia y radioterapia, si se dejase al cuerpo actuar, pienso que sería lo más común, que los tumores igual que aparecen, cuando cumplen su función se deberían reabsorber, como ocurre en la remisión espontánea. Quizá sólo en casos muy graves de intoxicación (o si el carcinógeno no desaparece), la persona podría morir, pero esto pasaría a ser el dato poco probable de la ecuación.

Un caso revelador es el del neuroblastoma. El neuroblastoma es un cáncer infantil. Se desarrolla en el tejido nervioso y suele afectar a niños menores de 5 años. La mayoría de los pacientes con neuroblastoma en etapa 4 no tratados experimentaron una remisión espontánea. De hecho, los expertos dicen que puede ocurrir con tanta frecuencia como los diagnósticos confirmados de neuroblastoma. Esto significa que muchos tumores de neuroblastoma pueden desaparecer antes de que puedan ser diagnosticados (11 / 12). También se sabe, gracias a estos casos, que una de las causas de la remisión espontánea es epigenética, es decir, que igual que una señal ambiental como un tóxico desencadena la formación de un tumor, la ausencia de esa señal, indica que se reabsorba, esta sería la lógica.

Ya en el año 1998 se proponía esta posibilidad en un análisis de los casos de remisión espontánea del cáncer. Cito textualmente:

La regresión espontánea del cáncer se informa en prácticamente todos los tipos de cáncer humano, aunque el mayor número de casos se reporta en pacientes con neuroblastoma, carcinoma de células renales, melanoma maligno y linfomas/leucemias. El estudio de pacientes con estas enfermedades ha proporcionado la mayoría de los datos sobre los mecanismos de regresión espontánea. Los mecanismos propuestos para la regresión espontánea del cáncer humano incluyen: mediación inmune, inhibición tumoral por factores de crecimiento y/o citocinas, inducción de diferenciación, mediación hormonal, eliminación de un carcinógeno, necrosis tumoral y/o inhibición de la angiogénesis, factores psicológicos, apoptosis y mecanismos epigenéticos. . Las observaciones clínicas y los estudios de laboratorio respaldan estos conceptos en mayor o menor medida. La inducción de la regresión espontánea puede implicar múltiples mecanismos en algunos casos, aunque es probable que el resultado final sea la diferenciación o la muerte celular. El esclarecimiento del proceso de regresión espontánea ofrece la posibilidad de mejorar los métodos de tratamiento y prevención del cáncer (13).

Rose J. Papac’s. Section of Medical Oncology, Yale University School of Medicine.

¡La eliminación del carcinógeno es la clave! También factores psicológicos ya vimos la conexión tan profunda con el sistema nervioso y ¡Cómo no! mecanismos epigenéticos. Es indignante que esto se sepa desde hace tanto.

La teoría del incinerador biológico.

Me preguntaba, si después de estudiar el cáncer a alguien más se le habría ocurrido que puede ser un mecanismo de desintoxicación y no una enfermedad y entonces llegó a mi Coral Mateo Sánchez, veterinaria y abanderada de la teoría del incinerador biológico. Al observar como morían animales tras extirparles tumores, se le ocurrió que los tumores podrían ser una ayuda de nuestro cuerpo.

¿Y si lo que llamamos cáncer no fuera una enfermedad sino un proceso biológico natural de defensa que aún no hemos logrado entender? Coral Mateo presidenta de la Sociedad Española de Homeopatía Veterinaria y profesora en la Universidad del País Vasco ha llegado a ese convencimiento después de muchos años de tratar tumores en perros. Para ella un tumor no es de hecho sino una especie de “cubo de basura” fabricado ex profeso por el organismo con tejido nuevo neoplasia que crea cuando agota sus mecanismos habituales de desintoxicación a fin de depositar en su interior los residuos tóxicos que hoy día nos están envenenando de forma masiva para encapsularlos a fin de que no lleguen a la sangre y nos lleven a la enfermedad o a la muerte y luego “incinerar” -metafóricamente hablando su contenido. Y siendo así destruir los tumores de los enfermos de cáncer es un sinsentido. La solución estaría en ayudar al organismo a desintoxicarse, nutrirse y, obviamente, evitar que vuelva a estar intoxicado (14).

Coral mateo para la revista DSalud.
Conclusiones sobre el cáncer.

En base a los estudios actuales y tratando de interpretar los datos objetivos sin conflictos de interés y de forma coherente y ética podríamos concluir que:

  • El cáncer es un cambio en la expresión génica de células madre indiferenciadas, que puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero no al azar, de forma programada, con sentido.
  • Las señales que desencadenan este cambio, provienen del exterior y son tóxicos u otras situaciones potencialmente desequilibrantes del ambiente celular. El origen del cáncer es por tanto epigenético y no genético.
  • El hecho de que ciertas modificaciones epigenéticas sean hereditarias, implica que se podría heredar cierta predisposición al cáncer, pero siendo ésta herencia epigenética, los hábitos de vida de la persona, pueden revertir fácilmente esta predisposición.
  • Las células cancerígenas establecen complejas redes de comunicación con todo el cuerpo, a través del sistema nervioso y circulatorio, el hecho de que tengan un ambiente extracelular y un metabolismo totalmente diferente al resto del cuerpo, indica que tienen una función específica. La correlación directa entre tóxicos (y/o situaciones de desequilibrio) y cáncer, nos da la pista definitiva de esta función.
  • La extrema complejidad y la impresionante conexión de los tumores con el resto del organismo, incluso con el cerebro y las emociones, a través de conexiones sinápticas, hace imposible pensar que es un error o un mal funcionamiento de estas células, sino más bien se trata de una respuesta coordinada del organismo ante un peligro para el mismo.
  • El hecho de que en la Naturaleza existan sustancias procedentes del Reino Vegetal que inhiben la tumorogénesis, implica que la prevención  y posible solución está en nuestra dieta y hábitos (15).
  • Las evidencias de remisión espontánea, refuerzan aún más la idea de que el cáncer no es una enfermedad, sino un proceso de desintoxicación del organismo, que en el momento en el que el agente/s causantes que desequilibran nuestro cuerpo desaparecen, los tumores también deberían hacerlo.
  • Los casos específicos observados por especialistas en los que el organismo vive con un tumor por largos periodos de tiempo, sin repercusiones para su salud, implica que estas estructuras biológicas en ciertos casos, también podrían ser soluciones a largo plazo que el cuerpo utiliza para situaciones de acumulación de tóxicos o desequilibrios prolongados en el tiempo. Las observaciones de muertes tras las extracciones de tumores, deberían hacernos pensar que, desde la ética no se debería intervenir de manera invasiva antes de hacer una evaluación más profunda de los hábitos del individuo, con el fin de eliminar los posibles carcinógenos o detectar situaciones de graves desequilibrios en sus hábitos de vida. Dando así una oportunidad al cuerpo, con su maquinaria natural de reparación, de revertir la situación.

Sin duda, y a modo de conclusión, la visión distorsionadora de la vida en la que ésta compite, enferma y mata a la propia vida, es absolutamente infundada, reflejo de una sociedad enferma y autodestructiva. Cuando estudias Biología sin conflictos de interés, con una mente abierta, amando cada descubrimiento de los procesos naturales, confiando en la infinita sabiduría de la Naturaleza, admirando su complejidad, su belleza, se te abre una nueva realidad, donde virus y bacterias de los que te contaron eran asesinos, son esenciales para la vida y las células de tu cuerpo, tus ladrillos, de las que te dijeron eran aberrantes, se presentan como tus mayores aliadas; y la información genética que te codifica, de la que afirmaron era defectuosa, resulta en una impresionante obra de ingeniería natural cuyas soluciones te dejan sin aliento.

Es tan, tan bonita la ciencia que estudia la vida y puede aportarnos tanto, que merece la pena liberar la mente y observar, “con otra mirada”.

Bibliografía.

  1. Sung, Hyuna Sung et al. (2021). Global Cancer Statistics 2020: GLOBOCAN Estimates of Incidence and Mortality Worldwide for 36 Cancers in 185 Countries. A Cancer Journal for Clinicians, Volume 71, Issue 3, Pages 209-249. https://doi.org/10.3322/caac.21660
  2. Li, S., Sun, Y., & Gao, D. (2013). Role of the nervous system in cancer metastasis (Review). Oncology Letters, 5, 1101-1111. https://doi.org/10.3892/ol.2013.1168
  3. Michael B. Keough and Michelle Monje (2022) Neural Signaling in Cancer. Annual Review of Neuroscience 2022 45:1, 199-221 https://doi.org/10.1146/annurev-neuro-111020-092702
  4. Nicole M. Anderson,M. Celeste Simon (2020). The tumor microenvironment. Vol 30 Issue 16. https://doi.org/10.1016/j.cub.2020.06.081
  5. Rui Wei, Si Liu, Shutian Zhang, Li Min, and Shengtao Zhu (2020).  Cellular and Extracellular Components in Tumor Microenvironment and Their Application in Early Diagnosis of Cancers. Analytical Cellular Pathology Volume 2020 | Article ID 6283796 | https://doi.org/10.1155/2020/6283796
  6. Patricia Altea‐Manzano, Alejandro M Cuadros, Lindsay A Broadfield, and Sarah‐Maria Fendt (2020). Nutrient metabolism and cancer in the in vivo context: a metabolic game of give and take. EMBO Reports. 21: e50635 https://doi.org/10.15252/embr.202050635
  7. Shikhar Sharma, Theresa K. Kelly, Peter A. Jones (2010). Epigenetics in cancer. Carcinogenesis, Volume 31, Issue 1. https://doi.org/10.1093/carcin/bgp220
  8. Igor P. Pogribny & Ivan Rusyn (2012). Environmental Toxicants, Epigenetics, and Cancer. Epigenetic Alterations in Oncogenesis pp 215–232. https://doi.org/10.1007%2F978-1-4419-9967-2_11
  9. Balwierz R, Biernat P, Jasińska-Balwierz A, Siodłak D, Kusakiewicz-Dawid A, Kurek-Górecka A, Olczyk P, Ochędzan-Siodłak W. Potential Carcinogens in Makeup Cosmetics. International Journal of Environmental Research and Public Health. 2023; 20(6):4780. https://doi.org/10.3390/ijerph20064780
  10. Nuño Domínguez & José A. Álvarez (2023). Neurociencia del cáncer: así secuestran los tumores el sistema nervioso para crecer más rápido. El País Ciencia. https://elpais.com/ciencia/2023-06-26/neurociencia-del-cancer-asi-secuestran-los-tumores-el-sistema-nervioso-para-crecer-mas-rapido.html
  11. De Bernardi, B., Di Cataldo, A., Garaventa, A. et al. (2019). Stage 4 s neuroblastoma: features, management and outcome of 268 cases from the Italian Neuroblastoma Registry. Ital J Pediatr 45, 8. https://doi.org/10.1186/s13052-018-0599-1
  12. Brodeur, G.M. (2018). Spontaneous regression of neuroblastoma. Cell Tissue Res 372, 277–286. https://doi.org/10.1007/s00441-017-2761-2
  13. R J Papac (1998). Spontaneous regression of cancer: possible mechanisms. In Vivo Nov-Dec; 12 (6) : 571 – 8. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9891219/
  14. Coral Mateo (2008). Es muy posible que el cáncer no sea una enfermedad causada por un error genético sino que se trate de un proceso biológico de desintoxicación. DSalud Número 101. https://www.dsalud.com/reportaje/coral-mateo-es-muy-posible-que-el-cancer-no-sea-una-enfermedad-causada-por-un-error-genetico-sino-que-se-trate-de-un-proceso-biologico-de-desintoxicacion/
  15. Mandrich L, Caputo E. (2020). Brassicaceae-Derived Anticancer Agents: Towards a Green Approach to Beat Cancer. Nutrients. 12(3):868. https://doi.org/10.3390/nu12030868

12 comentarios

    1. Joel Valencia

      Muchas gracias por el artículo Almudena, creo que tu apreciación del cáncer retoma algunos puntos de la Germanische Heilkunde del Dr Hamer conocida con la ley de hierro del cáncer las leyes naturales o biológicas de los programas llamadas enfermedades. Excelente artículo, saludos.

  1. Alberto Forcadell Cos

    Agradezco el artículo. Pienso, sin embargo, que hablar hoy de cáncer y sus causas pasa indefectiblemente por lo descubierto por el malogrado Dr. Ryke Geerd Hamer -cuyos descubrimiento impactaron definitivamente en el biólogo Stefan Lanka- quien fuera introducido y ampliameneete divulgado en España por el también desaparecido Dr. Fermín Moriano*-, así cómo lo que se desprende de los estudios y aproximaciónes terapéuticas de médicos como el cardiólogo mexicano Dr. Demetrio Sodi Pallarés y la farmacéutica, física y bioquímica alemana Johanna Budwig -también desparecidos-, o actualmente en este país los trabajos de los doctores Albert Martí Bosch o Raymond Hilu, para componer un cuadro más completo que a la vez le permita a uno alejarse del concepto de metástasis -una cuestión aceptada que nunca ha sido probada.

    * https://www.ivoox.com/fermin-moriano_bk_list_5334612_1.html

  2. Heliodoro López Garcia

    Tengo entendido que Otto Warburg descubrió el origen y causa de la mayoría, si no todos, los cánceres, no? pH ácido básicamente… (tóxicos, alimentación, hábitos…) y los “médicos” empeñados en “quimioterapiar” a todo quisqui…
    Gracias Almudena, que Dios te bendiga por arrojar luz

  3. Sergio Lloret

    Apreciada Almudena, nunca pensé que me emocionaría leyendo un artículo científico. Me ha conmovido porque has dicho, y muy bien, lo que siento y predico en el desierto hace muchos años. Con amigos diagnosticados que se van de este mundo a los 36 años por confiar en esta maldita oficialidad ignorante e interesada.
    Siento que, cuanto argumentas, es lo que está más cerca de la verdad de cuanto he leído. Esté artículo es Oro. Te felicito de corazón. Gracias.

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