Érase un pueblo que le costaba sonreír.
Por el año 1930, el dentista Weston Price (1870 – 1948) estudio muchas razas “primitivas” de todo el mundo. Descubrió que cuando sustituían su dieta tradicional por otra “moderna” − harina y azúcar refinadas, arroz sin cáscara, etc. − en una sola generación se producía una degeneración dental hasta entonces desconocida.