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El fracaso de las terapias génicas y la complejidad de la vida.
Por Almudena Zaragoza. Bióloga.
La biología es ahora más grande que la física, medida por el tamaño de los presupuestos, por el tamaño de la fuerza de trabajo, o por la producción de los principales descubrimientos, y la biología es probable que se mantenga la parte más grande de la ciencia a través del s.XXI.
Freeman Dyson
Introducción.
Desde el lanzamiento del Proyecto Genoma Humano en el año 2000, tal ha sido la codicia por patentar y comercializar todo aquello relacionado con la información que nos describe como seres vivos, que nos hemos olvidado del conocimiento. Prácticamente en pañales, nuestra tímida incursión en la maravillosa complejidad de la vida y sus secretos, ha derivado en un macro experimento de inoculación de un fragmento de información genética. Sin conocer los riesgos, las denominadas vacunas COVID 19 que venían a salvarnos la vida de un malvado virus de murciélago y pangolín chino, se convirtieron en una maratón por pinchar a todo ciudadano incauto, incluyendo embarazadas y niños.
Sin embargo, no era la primera vez que, con la excusa de la prevención de enfermedades, se inyectan fragmentos de ADN o sus derivados. La terrorífica industria de las vacunas, llevaba años cultivando virus en huevos embrionados de gallina, provocando la hibridación de éstos con los virus aviares, también se han usado células de cerdos cuyo ADN se incluía en vacunas para lactantes, material genético de fetos humanos, perros domésticos, monos y hasta insectos. Sorprende que la experimentación animal y el uso de embriones humanos, no se considere una auténtica falta ética en la ciencia, pero qué podemos esperar si los experimentos de ganancia de función, que básicamente están diseñados para tratar de crear armas biológicas, están al orden del día.
El poderoso caballero don Dinero, ha penetrado en todos los estamentos sociales de forma ávara y corrupta, por lo que a día de hoy la biología se ha transformado en tecnología, utilizada única y exclusivamente para generar productos patentables, con los que continuar amasando riquezas, sin aportar ningún beneficio a la sociedad. Ni siquiera somos merecedores de aprenderla, se nos enseña la Selección Natural darwinana y el contagio de Pasteur y eso es todo lo que necesitamos saber para justificar la eugenesia y ser el cliente perfecto de las farmacéuticas. Hoy en día la propagando lo es todo y comienza en las escuelas.
La campaña de terror COVID ha sido la prueba más real de que estamos sumidos en una profunda paranoia, en la que nos han convencido que bacterias y virus son nuestros enemigos a combatir y que las enfermedades son el resultado del contacto con otros seres humanos. Ambas ideas, falsas, han provocado una enorme degradación mental en nuestra sociedad que nos adolece profundamente y que sólo beneficia a todos aquellos que viven de la venta de estas sustancias. En este escenario, algunas personas llegaron a creer que matarían a sus abuelos si los besaban y que sólo les salvaría la vida inyectarse un producto experimental sin testar, ¡monstruoso!
Terapias génicas, jugando a ser dioses.
Una terapia génica COVID 19 consta de dos plataformas básicas: los virus vectorizados y las nanopartículas lipídicas (NPL´s). La diferencia con las anteriores es abismal en cuanto a la complejidad de su tecnología. Antes básicamente se sintetizaban sustancias que tras purificarlas pobremente, se mezclaban con adyuvantes y se inyectaban. Ahora se comercializan complejísimas estructuras microscópicas destinadas a cambiar tu metabolismo celular, dar instrucciones a tus células.
Los adenovirus son cápsides, contenedores, procedentes de primates que portan un fragmento de ADN y las nanopartículas lipídicas son agregados de grasas que rodean a un ARN patentado. Ambas moléculas, contienen información para la síntesis de una famosa proteína: la spike.
En cuanto a si son mejores o peores que las anteriores, realmente no merece la pena entrar, todas son peligrosas porque se basan en hipótesis erróneas: el falso contagio, virus y bacterias enemigos y un sistema inmune supuestamente bélico diseñado para combatirlos.
Aquí me gustaría analizar un aspecto más profundo que la nocividad de estos productos. Cuando se asegura rotundamente que esta tecnología es capaz de hacer que nuestras células sinteticen la famosa proteína de espiga, se olvidan que a día de hoy y pese a millones de inoculaciones, esta afirmación no se ha conseguido demostrar empíricamente. Cuando las farmacéuticas según ellas en tiempo récord, nos aseguraron que sus vacunas COVID funcionaban, ni las habían diseñado en dos días si no que llevaban dos décadas de trabajo (el primer ARN se inyectó en el año 1992) y tampoco habían conseguido in vivo, demostrar sin lugar a dudas aquello que promocionaban.
Uno de los mayores errores de esta cruenta industria es como subestiman la vida, piensan en ésta como una máquina que se puede diseñar, modificar y patentar y esta visión reduccionista y de desprecio a la biología, es su talón de Aquiles. Cuando revisas los ensayos en animales de estas sustancias, te das cuenta que en ningún momento se cuantifica la traducción (producción de proteína), que ni siquiera utilizan la proteína de espiga, sino otras como la luciferasa, que todas las confirmaciones de la traducción son in vitro, en placas de Petri, con cultivos de células modificadas, nada que ver con sistemas vivos, con un cuerpo humano. Toda una serie de escenarios artificiales, un teatro, que les permita afirmar y justificar sus postulados, que finalmente nunca o casi nunca se cumplen en un ser vivo.
La vida maravillosa.
Un ser vivo es un sistema complejo formado por subunidades que se interconectan con otras, de tal manera que todo en él tiene un sentido. El sentido de la vida.
Primero y muy importante es que ya se sabe desde hace tiempo que nuestro genoma contiene secuencias de origen viral, los virus insertaron su material genético en nuestras células, con el fin de introducir instrucciones que nos permitiesen una mejor adaptación al entorno, por lo tanto, no son patógenos malvados asesinos, son fragmentos de información imprescindibles para que los seres vivos se organicen y “funcionen”.
Hay virus en todos los ecosistemas de la Tierra, vivimos rodeados de miles de millones de libros con información vital que controla los ciclos biogeoquímicos del paneta, la lluvia, la fotosíntesis, la floración, la reproducción, ¡La vida! Incluso se han descubierto virus gigantes llamados Borgs, que intercambian información con las bacterias del entorno y las dotan de propiedades que las hacen capaces de transformar nuestros ecosistemas en lugares habitables. Sí habitables, las bacterias hicieron posible que los lugares inhóspitos y tóxicos se convirtiesen en nuestro hogar, nuestra Madre Tierra.
Ellas viven también en nuestro cuerpo, de hecho, se piensa que el 80% de las enfermedades están relacionadas con desequilibrios en nuestra microbiota, irónico en un mundo donde la salud se considera “matar bacterias y virus con medicamentos”.
Hoy sabemos que tenemos más bacterias que células y que más del 90% de nuestro genoma son virus. Entonces, y aquí viene la gran pregunta, ¿cómo diferencian las farmacéuticas entre virus y bacterias “asesinos” y los componentes naturales de nuestro propio cuerpo? La respuesta es sencilla, no pueden.
La proteína “spike”, otro fracaso de las farmacéuticas.
Porque nuestros virus son en realidad expresiones del genoma, sus test PCR son un timo, otro negocio redondo. Éstos buscan secuencias ya conocidas (porque son de nuestro cuerpo), que se expresan sólo en determinados momentos coincidiendo con desequilibrios, sabemos que los virus pasan de ADN a ARN formando exosomas y que sus cápsides (envolturas) tienen proteínas idénticas a la famosa spike. Este tipo de proteínas se conocen hace tiempo, son proteínas retrovirales de fusión de clase I, sirven para comunicarse con las células receptoras del mensaje en forma de ARN que portan y desencadenar procesos fisiológicos en nuestro cuerpo. Cuando estamos acatarrados, se producen masivamente, pero se encuentran en el interior ya que sólo sirven para la comunicación intracelular, no vienen desde China, ese es el matiz.
Por lo tanto, cualquier intento de afirmar que las terapias génicas funcionan y consiguen que nuestro cuerpo sintetice la famosa proteína de espiga, sin descartar que lo que detectan los test sean nuestros virus endógenos y sus productos, es una auténtica falta de rigurosidad científica.
El patólogo forense Dr. Arne Burkhard recientemente fallecido, fue fiel defensor de la presencia de la proteína spike en tejidos de personas vacunadas, afirmando que se detectaba sin lugar a dudas. Incluso, propuso una diferenciación entre la infección original por SARS CoV 2 y la proteína vacunal. Esta afirmación y la técnica utilizada de inmunohistoquímica, tiene las mismas limitaciones, incluso más al ser menos específica, que la PCR.
Al estar basada en anticuerpos, que se han interpretado como presuntas moléculas de defensa contra virus, parte de la raíz de la teoría de los gérmenes como causantes de enfermedades. En este caso, el virus SARS CoV 2 no ha sido aislado y purificado, por lo tanto, rastrear sus anticuerpos asociados carece de sentido. Por otro lado, el sistema inmune ha sido sistemáticamente malinterpretado y en realidad, responde a la forma en la que nuestro cuerpo favorece la homeostasis y no se dedica a combatir bacterias y virus, que son parte del cuerpo humano. Atacarnos a nosotros mismos carece de sentido en biología. Por lo que toda afirmación que parta de la base de un presunto virus patógeno no aislado, carece del más absoluto rigor científico.
Los anticuerpos además son moléculas muy poco específicas, pueden señalizar para diferentes situaciones fisiológicas. La inmunohistoquímica es además, un método semicuantitativo incapaz de determinar la cantidad del objetivo, los tejidos que se usan están altamente procesados (muertos y fijados) y pierden información de su estado natural y además sus resultados no pueden ser reproducidos de forma fiable por otros laboratorios, ya que las muestras quedan inservibles (fuente).
Al final, por muchos estudios que nos muestren para justificar que estas terapias génicas funcionan y obligan a nuestras células a sintetizar la proteína de espiga, ninguno puede asegurar que la técnica de detección de la spike no esté dando positivo a nuestros propios exosomas, ya que la secuencia diana es idéntica a éstos (https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acsnano.1c10658). Y puesto que éstos son expresiones de nuestros virus endógenos que se encuentran en nuestro cuerpo de forma natural y son la vía de comunicación celular más común que existe, la probabilidad de que aquello que se detecta sea una proteína vacunal contra un virus quimérico chino que vino volando por el aire y que jamás fue asilado, pierde toda credibilidad.
Las debilidades de las terapias génicas y sus efectos adversos.
En este apartado entraré en detalle de las terapias basadas en NPL´s, ya que las de adenovirus se retiraron rápidamente tras fallecer los primeros inoculados.
Para impedir que un ARN sintético rodeado de partículas lipídicas llegue a su destino, nuestro cuerpo tiene múltiples barreras, primero nos encontramos con el reciclaje endocítico uno de los motivos por los que esta tecnología no se había puesto en funcionamiento. Resulta que cuando la NPL inyectada llega a las células, se engloba en una vesícula que la protege. En vez de liberarse en el citoplasma celular, igual que entra sale de la célula. Esto explicaría por qué a los 15 minutos tras la inyección, estos productos ya circulan por nuestro cuerpo y también tendría sentido porque afectan sobre todo al corazón, centro neurálgico al que llegan todas las sustancias del torrente sanguíneo. Nuestras células no permiten que ese material dañino use la maquinaria celular y traduzca algo sintético, por eso lo mandan a reciclar y de ahí que otros dos órganos que se ven afectados por la acumulación de estas NPL´s sean el hígado y el bazo.
Dentro y fuera de nuestras células existen receptores de ARN exógeno que sirven para poner en funcionamiento el reciclaje de sustancias que no deben estar en nuestro cuerpo. Jamás se activarían si no hubiese un estado de alarma: un genotóxico está circulando por nuestro organismo.
Prueba de esta afirmación es la elevada producción de interferones en vacunados. Las graves reacciones autoinmunes del corazón (miocarditis y pericarditis), tienen su lógica por acumulación de ARN vacunal en este tejido. Las farmacéuticas ya sabían que el ARN era altamente inmunogénico, porque en nuestros cuerpos existe el transcriptoma humano, una compleja red de moléculas de ARN naturales que tienen funciones muy complejas, necesarias para el equilibrio del organismo.
Apenas se está empezando a estudiar la importancia de los ARNs en la Biología, pero se han llegado a descubrir cosas tan increíbles como que somos capaces de comunicarnos con las plantas a través de este sistema y microRNAs vegetales activarían nuestra expresión génica al ingerirlos en la alimentación.
Trastocar las vías de comunicación de ARN, genera una grave desprogramación del sistema inmune que es el causante más probable de las mio y pericarditis postvacunales.
Por otro lado, la utilización de lípidos sintéticos catiónicos, diseñados para anclarse en las membranas celulares, explicaría los tombos, ictus y accidentes cerebrovasculares. Si unimos este hecho, a que son sustancias no diseñadas para su uso en humanos y que son mutagénicas y cancerígenas, y que además tienden a bioacumularse en tejidos, podemos llegar a comprender que son los propios componentes registrados de estas mal llamadas terapias los causantes de muertes y efectos adversos, sin necesidad de que nuestro cuerpo sintetice ninguna proteína de espiga.
La bioacumulación por ejemplo en glándula adrenal, se ha podido comprobar tristemente en adolescentes y embarazadas, cuyos ciclos hormonales se han visto gravemente afectados, desembocando en desordenes del periodo y abortos en mujeres. En el futuro sabremos que problemas acarrean en hombres, en los que se ha observado, volviendo a confirmar que a más dosis más sustancia tóxica, que el riesgo de miocarditis aumenta con la segunda dosis.
En definitiva, tanto efectos adversos, como el análisis de los componentes de estas plataformas nos cuentan que la Biología es nuestra mayor aliada y no permite que ninguna empresa privada modifique nuestro metabolismo.
Ninguna corporación farmacéutica podrá jamás imitar la maravillosa obra de la Naturaleza. Y hasta que no comprendamos esto y, con humildad, reconectemos con nuestro origen, seguiremos presa de esta locura tecnológica anti-vida.
Lecturas recomendadas con bibliografía asociada.
- Informe pericial. Corminaty, producto inyectable BNT162b2 de Pfizer-BioNTech. Componentes y efectos adversos relacionados. Plataforma Biólogos por la Verdad.
- La importancia de la realización de cultivos virales de SARS CoV 2 y de su aislamiento completo, para la confirmación de la causalidad entre el virus y la enfermedad COVID 19. Plataforma Biólogos por la Verdad.
- ANEXOS (Reconocimiento del Ministerio de Sanidad de la Ausencia de cultivos entre otros).
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Simplemente magnífico. Muy agradecido por tanta información valiosa. Confío en que llegará el tiempo que esto se enseñe a niños y jóvenes.
“Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y Divinidad, son claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; así que no tienen excusa.” (Romanos 1:20)
https://bibliaparalela.com/romans/1-20.htm#:~:text=Porque%20las%20cosas%20invisibles%20de,as%C3%AD%20que%20no%20tienen%20excusa.
Gratitud infinita Almudena por tu gran trabajo y defensa de la ciencia real y auténtica
Espectacular y claro informe.
Excelente trabajo didáctico estimada Almudena te conocí al principio de la plandemia te seguía en blog de Biólogos por la verdad, que tan denostado fué por parte de la prensa mediática a sueldo de este nefasto gobierno de mentirosos patológicos. Gracias Almudena por defender la verdad desde el principio yo estuve con vosotros con Biólogos por la verdad. He aprendido mucho sobe biología base de la vida cuyo creador omnipresente y omnisciente, que tiene como lenguaje la matemática para comunicarse con la naturaleza, creando vida e inteligencia, creador del universo, del micro mundo y macromundo donde rigen las mismas leyes físicas y químicas. Gracias Almudena y a tus colegas más directos por todo lo que habéis y estáis haciendo para cambiar el paradigma de la Biología que tan mal nos enseñaron tanto en el instituto de Bachiller como en facultades de ciencias de la vida.
Magnífico artículo, toda la información que aportáis es un tesoro y reconforta porque nos sentimos muy aislados por la desinformación del sistema. Gracias y ánimo!
Gracias por la valiosa información para entender un poco la maravilla del equilibrio de la vida, lejos de paranoias que inventan falsos enemigos para forrarse, vendiéndonos basura dañina sin ningún escrúpulo.
Un abrazo