Resulta cuanto menos sorprendente en un mundo en el que nos han enseñado que sólo los más aptos sobreviven, dejan sus ventajas a la descendencia y sólo ellos pueden evolucionar, comprobar como compartir información entre especies, es un mecanismo real de adaptación al entorno, que se da con una frecuencia abrumadora tanto en invertebrados, como en vertebrados y plantas.
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